Todos sabemos lo poco conveniente que es viajar cuando se requiere una dieta especial, sobre todo en el caso de la enfermedad celíaca donde los efectos pueden ser... bueno, qué os voy a contar que no sepáis.
Sin embargo hay países donde está más extendido lo de la "espiguita", lo cual es extremadamente conveniente incluso sin hablar el idioma. Sin embargo, la espiguita no está por todas partes (para mi desgracia).
Antes de venir a Japón estuve indagando en internet, en inglés, en español, y en un intento de japonés, pero nada. En algún parte leí a alguien que decía que en algún sitio había visto la cifra de 25 japoneses diagnosticados de enfermedad celíaca en el año... 2000? También encontré un video que me ayudó mucho sobre cómo saber si un producto tiene gluten o no. Nada de espiguitas, a aprenderse las palabras se ha dicho. Afortunadamente esta persona también tenía sugerencia de donde comprar. Ahora tengo una salsa de soja sin gluten que "sólo" costó 8 veces más que la salsa de soja normal, pero por lo demás todo bien. Todo es bastante fácil si tienes cocina, ya que si estás dispuesto a dejarte los ojos buscando indicios de trigo y similares no es tan difícil encontrar cosas que comer. Es más, aquí hay a precios normales artículos que no sería tan fácil encontrar en España (o en Sevilla, al menos): pasta de maíz, fideos de arroz de bastantes tipos, mezcla... y por supuesto, el arroz. Lo único con lo que hay que tener cuidado es con las salsas. Pero la verdad, gracias a lo difícil que es encontrar productos de ciertos tipos sin gluten (o por lo menos sin trazas de), al final llevo una dieta muchísimo más sana que mi dieta sin gluten en España.
Eso sí, cuando estamos por ahí y toca comprarse un sandwich... sólo hay dos opciones posibles (bueno, tres, si contamos los huevos duros que venden listos para comer): tomarse un onigiri (con cuidado, que algunas también tienen gluten) u optar por la tableta de chocolate ;)
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