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domingo, 9 de agosto de 2009

La celiaquía y la Iglesia

Como todos sabemos, en la Iglesia Católica hay un ritual que se repite en cada Eucaristía, que es la Comunión, que consiste en ingerir, por norma general, el cuerpo de Cristo, aunque a veces también la sangre, es decir, el vino y la Hostia consagrada.

No pocos casos han habido en los medios en los últimos años de desacuerdos entre Iglesia y padres de niños celíacos, o críticas hacia la Iglesia. Hasta donde yo sepa, al menos en España, lo más habitual es que en las misas de los domingos no se ofrezca el vino, sino sólo el pan. La verdad es que no creo que esto sea un problema para muchos, al menos en el caso de la población adulta, dado que cada vez la Iglesia pierde más fieles, y que no son pocos los que van a la Iglesia pero no comulgan, ya sean celíacos o no.

El problema realmente lo tienen todos esos niños que hacen la Primera Comunión todos los años. Aunque más bien poco conscientes de sus actos, esos niños sí que toman el Pan y el Vino. En un niño no celíaco, o un niño que no se sabe que lo es, no hay problema: se toma la Hostia Consagrada, y tan felices todos. Pero los celíacos lógicamente requieren un tratamiento especial. Recuerdo un caso hace un par de años, que salió en los periódicos. Si mal no recuerdo, los padres habían comentado el problema de antemano con el sacerdote, y, como se suele hacer en el caso de los celíacos, se supone que la niña iba a recibir el vino, y no el pan. Sin embargo, para disgusto de sus padres (y obviamente en casos de incidentes como este, para la comunidad celíaca en general), la niña recibió el vino en el mismo cáliz que habían estado utilizando todos los demás niños.

Pero lo realmente conflictivo es el pan. Al parecer, las obleas de maíz están prohibidas, ya que no contienen gluten, aunque al parecer en algunas iglesias (afortunadamente) hacen caso omiso de esa prohibición. Las obleas sin gluten no son válidas para la Eucaristía, ya que según el Vaticano es necesaria una cantidad de gluten que permita obtener la panificación. Así que lo que sí son admitidas, son las obleas bajas en gluten. Al parecer, en la actualidad, las únicas que cumplen los requisitos de la Iglesia, siendo bajas en gluten, proceden de una sola fábrica en Alemania. Eso sí, esas obleas tienen que ser adquiridas directamente por los fieles, mientras que las otras las pone la Iglesia... (como si no resultara ya bastante caro ser celíaco).

Sorprendentemente, la Iglesia ofrece otra alternativa: no tomar el Cuerpo de Cristo, sino sólo la Sangre. En estos casos, como mencioné antes, se debe ofrecer el vino al celíaco en un cáliz aparte, y tomando todas las precauciones para que no se contamine. Lo que yo me pregunto es qué harían en una Iglesia donde habitualmente no den el vino a los fieles en general. ¿Le darían el vino al celíaco, o le obligarían a tomar Hostias Consagradas bajas en gluten? A esto se le suman las críticas por parte de las asociaciones de celíacos, que no ven razonable obligar a beber el vino, ya que aparte de fieles de poca edad puede haber fieles abstemios.

1 comentario:

  1. La Iglesia como de costumbre, varios pasos por detrás de la sociedad. Lo prioritario, sería entender que el sacramento de la eucaristía debería administrarse de cualquier forma posible. Entiendo que no se consagre sobre unos cheetos o sobre un solomillo al roquefort, pero en circunstancias especiales como la de aquellos que sufren intolerancia al gluten, deberían habilitarse los cauces adecuados para no privar a nadie de ese acto sagrado...

    Pero vamos, en este plan que no se quejen si cada vez ven más asientos vacíos en los oficios.

    Saludos!!

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